Distinción a la autora uruguaya

cris1

Cristina Peri Rossi ganó el premio José Donoso

Artículo publicado en

PAGINA 12 /  Por Silvina Friera

Setiembre 2019

“En su obra laten reflexiones sobre el género que hoy tienen especial resonancia.

Perseguida por la dictadura uruguaya, en 1972 debió exiliarse en España.”

 

 


“Siento una emoción tan fuerte que corro el riesgo de que sea la última”, dijo la escritora al recibir la noticia.

La “Rimbaudcita” –así la llamaba el escritor Ángel Rama por los ecos del poeta Arthur Rimbaud en sus versos eróticos- escribió uno de los poemas más irreverentes sobre los atentados terroristas que cambiaron el mundo. “El once de septiembre del dos mil uno / mientras las Torres Gemelas caían, / yo estaba haciendo el amor. / El once de septiembre del año dos mil uno / a las tres de la tarde, hora de España, / un avión se estrellaba en Nueva York, / y yo gozaba haciendo el amor./ Los agoreros hablaban del fin de una civilización, / pero yo hacía el amor. / Los apocalípticos pronosticaban la guerra santa, / pero yo fornicaba hasta morir / -si hay que morir, que sea de exaltación-”. La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi ganó el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, que otorga la Universidad de Talca (Chile), un merecido reconocimiento a su trayectoria. El jurado destacó en el veredicto que Peri Rossi “jamás ha claudicado en su compromiso por interrogar el papel de los intelectuales frente al poder”.

“Siento una emoción tan fuerte que corro el riesgo de que sea la última”, dijo la escritora uruguaya al recibir la noticia por vía telefónica de Claire Mercier, la coordinadora del premio, que se le concede a Peri Rossi (Montevideo, 1941) por su carrera de más de medio siglo, así como por la diversidad de géneros en los que ha incursionado: novela, ensayo, poesía y periodismo. “La literatura para mí, en esta época tan dura del siglo XXI, es el último reducto quizás contra la frivolidad y la banalidad. Muchísimas gracias a ese jurado que no conozco y que se ha acordado de mí que ya soy una anciana”, agradeció la escritora.

“Hemos tenido en cuenta el hecho de que es una perturbadora del statu quo”, precisó María José Bruña, de la universidad de Salamanca (España), uno de los miembros del jurado, presidido por Cristian Opazo de la Universidad Católica de Chile. “Es una intelectual también en ese sentido, dice la verdad al poder y habla de esas identidades marginales y periféricas, la mujer, el exiliado, el homosexual”. Entre los ganadores del Premio Iberoamericano de Letras José Donoso se destacan Mario Bellatin (2018), Rodrigo Rey Rosa (2015), Pedro Lemebel (2013), Juan Villoro (2012), Javier Marías (2008), Ricardo Piglia (2005) y Beatriz Sarlo (2002), entre otros.

Hija de una familia de inmigrantes italianos, Peri Rossi publicó su primer libro, los cuentos de Viviendo, en 1963. Después fueron saliendo la novela Los museos abandonados (1968), donde explora los principales conflictos políticos de la guerrilla, con la que obtuvo el Premio de los Jóvenes de Arca, elogiada por Mario Benedetti en la revista Marcha; y El libro de mis primos (1969). En 1972 tuvo que escapar de la dictadura militar de Uruguay porque sus libros estaban prohibidos, no podía ejercer el periodismo y la destituyeron de la cátedra de Literatura en la que había ejercido durante once años.

Los militares golpistas prohibieron la mención de su nombre y le retiraron la nacionalidad uruguaya. Se exilió en Barcelona. Pero como España todavía vivía bajo los últimos estertores de la dictadura franquista, con la ayuda de Julio Cortázar se escapó a París, para regresar definitivamente a Barcelona, la ciudad donde vive, en 1975. “Tuve una relación intensa, íntima, inolvidable e irrepetible con Cortázar”, reconoció la escritora uruguaya a la que el autor de Rayuela le dedicó “Cinco poemas para Cris”.

La casa de Peri Rossi es la escritura en un sentido amplio, sin la cárcel del género. Ha publicado los libros de cuentos El museo de los esfuerzos inútiles (1983), Cosmoagonías (1988), Desastres íntimos (1997), Por fin solos (2004) y Los amores equivocados (2015), entre otros; los ensayos Fantasías eróticas (1991), donde postula que los hombres usan el sexo como poder y humillación mientras que debajo de la mirada sexual de las mujeres late siempre la humanidad; y Julio Cortázar y Cris (2014); los poemas Evohé (1971), Descripción de un naufragio (1974), Europa después de la lluvia (1987), Otra vez Eros (1994), Estado de exilio (2003), Estrategias del deseo (2004), donde está incluido el poema “Once de septiembre”; y Playstation (2009), premio Loewe; y las novelas Solitario de amor (1988), La última noche de Dostoievski, El amor es una droga dura (1999) y Todo lo que no te pude decir (2017), que desarrolla como tema una frase de Julia Kristeva: “No hay mayor asimetría que la diferencia sexual y de género”.

Los tópicos que suelen aparecer como constantes en sus libros son la rigidez del género binario, el cuestionamiento de la masculinidad como poder social, político y sexual. “Somos primates que en algún momento evolucionamos”, plantea Peri Rossi. “En el Congo existen comunidades de chimpancés y de bonobos, separadas, naturalmente. Los chimpancés viven en grupos patriarcales, machistas, dominantes. Hay frecuentes actos de violencia; en realidad, no hay nada más parecido a un ser humano que un chimpancé. Conspiran, se traicionan, roban y si pueden, se matan. Las hembras están sometidas y su principal función es la reproducción y la búsqueda de alimentos. Los bonobos, en cambio, viven en grupos matriarcales. No se conoce un solo acto de violencia. Son cooperativos, alegres y solucionan todos los conflictos haciendo el amor, acariciándose. Sus dos actividades principales son comer y hacer el amor. Cuando tienen miedo o surge algún problema, el grupo acude a solucionarlo con caricias, lametazos y cariño”.

La escritora uruguaya reconoce que aunque la comparación animal pueda resultar “algo simple” ella cree que los grandes cambios en la historia de la humanidad fueron provocados por las mujeres. “En la Edad Media, las mujeres de las cortes de Midi y el sur de Francia impusieron la música, la poesía, el uso de cubiertos; suavizaron a los machos que sólo sabían combatir y crearon las cortes de amor. Quiero decir que confío en una feminización del mundo que elimine la violencia”.

Deja un comentario