Semanario Búsqueda

 

Entrevista a Cristina Peri Rossi

para Semanario Búsqueda
Montevideo, Uruguay

Mayo 2010

¿De qué tratan los relatos de Habitaciones privadas?

Cristina Peri Rossi:
En los dos últimos años, al mismo tiempo que poesía, había escrito varios relatos, de temas y extensión diferentes. Cuando los leí, me di cuenta de que algunos se desarrollaban en habitaciones cerradas: una celda de prisión, la habitación de un psiquiátrico y varios hoteles. Tenían otra cosa en común: reflejaban el mundo estrictamente contemporáneo del capitalismo salvaje, con sus numerosos artilugios de comunicación – celulares, Internet, congresos, pantallas- pero no había verdadera comunicación. Había prisa, pero incomunicación, soledad, y poca esperanza. Es un tema que me fascina: en el primer mundo, a mayor cantidad de aparatos de comunicación, las personas se tocan menos, conversan menos, comparten menos.
Para ser escuchados, pagan al psicólogo, y para ser tocados, al masajista. Pero no son culpables de esta manera de vivir; la responsabilidad la tiene esta fase del capitalismo financiero, salvaje y destructivo. Esta transformación del mundo a principios del s. XXI me inquieta y la observo con la imparcialidad de una cronista. En el fondo, los escritores y las escritoras somos cronistas de la especie. Yo misma me observo: de chica, en Montevideo, mientras hacía interminables fichas de películas para elaborar una historia del cine, pensaba que perdía mucho tiempo, que en el futuro habría una máquina capaz de arachivar todos esos datos, y que al apretar un botón, me saliera la filmografía completa de Bergman o de Fellini.
Reuní esos cuentos y los presenté al premio NH Mario Vargas Llosa. Ganó, entre más de 250 libros inéditos.

Uno de sus libros de poesía se llama Habitación de hotel, ¿considera la habitación un espacio especialmente atractivo para la creación?

Cristina Peri Rossi:
Habitación de hotel, mi libro de poemas, que ganó el premio internacional de poesía Ciuadad de Torrevieja, hace cuatro años, tomó prestado su título del cuadro homónimo de Eduard Hopper. Adoro la pintura, especialmente el hiperrealismo, y Hopper es uno de mis pintores favoritos. Creo haber sido la primera escritora que utilizó uno de sus cuadros como portada de uno de mis libros, hace más de treinta años. El libro es de realtos, se llama El museo de los esfuerzos inútiles y lo editó Seix-Barral. Publiqué también, en Lumen, un libro de poemas, titulado Las musas inquietantes: cincuenta poemas sobre cincuenta cuadros, donde hay uno dedicado a Hopper. Creo que es uno de los pintores que ha expresado mejor la soledad de las grandes ciudades, un tema romántico que a mí me fascina.
A mí me gustan mucho los hoteles. Tienen la medida exacta que necesito para vivir: la intimidad y la soledad de una habitación –compartida o no- y una serie de servicios imprescindibles para vivir. De esa manera, la soledad es menos solitaria, pero a la vez, se conserva la intimidad.

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