LA BALSA DE LAS PALABRAS Y OTROS TEXTOS

cristina-peri-rossi_ESTEROS

 
 
 
 
 

La FUNDACIÓN CULTURAL ESTEROS

Publica fragmentos de varios libros de la autora

Junio  2020

 
 
 

 
 

Publican algunos poemas inéditos, especiales para Esteros Revista,  más otros poemas y cuentos de los libros «Arqueología amorosa» (Estuario editora) y «Los amores equivocados» (Editorial HUM)

Su novela «La insumisa» fue publicada a fines de mayo en Uruguay por la Editorial HUM

La balsa de las palabras

Fui tu Scherazade.
En delicadas noches de pasión
por retenerte
desgranaba historias ebrias de palabras
convocadas por el miedo y el deseo
que nacen del mismo embrión
el embrión del amor
y tú las escuchabas con los ojos cerrados
para imaginar mejor
las criaturas que yo convocaba
la perla húmeda del clítoris
que se tragó un pez peregrino
los faros de los senos enhiestos de Alejandría
la barca de las palabras que trasladaba
criaturas enfermas, las palabras,
a nuestro lecho,
para que mi voz sedosa y lánguida de deseo
las restaurara
y en tus oídos hicieran residencia.
Fui tu Scherazade
y en amaneceres rojos de deseo
salvé el amor solo para que tú lo despeñaras
por el precipicio de la fugacidad
mi sultana
y yo aprendiera a sobrevivir sola
en la barca de las palabras
que mecen mi soledad
animalitas tiernas o severas
dulces o imperiosas
tan huidizas como tú
y que atrapo con el cepo de la memoria.

Reflejos (inédito)

Escribo poemas
converso
cuento cuentos
veo películas
Ah el poema de León Felipe
«en Auswichtz en la soledad de un niño muerto de frío rumbo al matadero
igual que un pollo pelado
se callan todos los violines»
Escribo poemas
converso
veo películas
qué bella y melancólica Mónica Vitti
paseándose en la inmensa soledad de una enorme nave industrial
llena de máquinas
donde no se escucha más que el ruido de motores
(desierto, rojo, Antonioni)
qué estremecedora belleza
la de ese hombre solitario
de espaldas frente a la inmensidad
(Caspar David Friederich)
pero ayer un hombre acechó a una niña de trece años
en el rellano de la escalera del edificio donde vivían.
La acechó la atrapó la violó y la mató
mientras su padre la esperaba abajo
solo a veinte metros de su casa
y su madre
la del asesino
moría de cáncer en un hospital.
Él también tiene una hija
una hija de la misma edad (trece años)
y aquí que se calle papá Freud
que se calle el abuelo Jung
y mamá Kristeva
Aquí que se calle Borges
y Cristina Peri Rossi
que prefieren el reflejo de la vida en el arte
que la vida misma,
porque en el arte se sufre con belleza
y no sé qué belleza pudo percibir
la niña de trece años empalada crucificada por un matón.
En la vida, en cambio, se sufre con mugre, quebrantahuesos, trapos sucios, gritos, muros que caen, sangre por los pasillos, cuerpos desgonzados y miembros rotos.
Eh, ten cuidado
no pises un útero descuajado por el suelo ni una cabeza cortada
pisa este poema o todos los de este mundo y se sufrirá menos
muchísimo menos
nadie sufrirá.
Y si el origen de tanto dolor está
en el cromosoma Y que hace hombres a los hombres
diferentes a las mujeres
Por favor
fabriquen robots sin cromosomas Y
entonces
quizás
podremos amar algo más
que el reflejo de la vida.

Género (inédito)

Hay días en que me despierto muy hombre
Y te miro con deseos de posesión
y no me importa si te resistes
me excita mucho más
y te haría un hijo
como Cumbres borrascosas
y después te abandonaría ufano
silbando fuerte
y mi ego se hincharía
como el pecho de un urogallo macho
presumiendo de mi fuerza y de mi poder
y no escucharía tus quejas ni demandas
soberbio, ebrio de mí mismo
como Narciso mirándose en el espejo.

Pero hay días en que me despierto
muy mujer
y te miro dormir ensimismada
y te contemplo como una reliquia antigua
de gran valor
como un cántaro romano en el fondo del océano
y te acaricio suavemente
tan suavemente que no lo sientes
(«Ay de ti, que duermes navegando»)
Y a tu lado espero con deseo y con ternura
que despiertes
bella y ronroneante como una gata persa.
Y te alabo y cuido tu sueño
y sé que sería tu escudo invulnerable
ante cualquier catástrofe.
Y jamás te dañaría
enamorada como una mujer enamorada.
Entonces despiertas
me sonríes y preguntas qué hago
«Velo armas» te digo y te beso.

De noche, la lluvia…

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